¡El 8M se conmemora, no se celebra!

Marcha 8M Lucha Feminista

Por Paola González Castañón

Ciudad de México.- Alguna vez te has preguntado ¿por qué a las mujeres no les gusta que las feliciten o les regalen flores el 8 de marzo?, esto es porque no es una fecha festiva, es conmemorativa, en donde se busca crear conciencia del entorno sociopolítico que afecta al sector femenino en el sistema global.

Aunque parezca un buen día para felicitar a tu madre, abuela, tía o novia, independientemente de la historia de vida que las antecedan, no es lo correcto, como ejemplo de ello, imagina que el día 8 pero de abril todo el mundo felicitara a los padres de Debanhi Escobar, víctima de feminicidio.  
   
¡HASTA AQUÍ, YA NO MÁS!: EL ORIGEN 

Remontándonos a 1857 en el marco de la revolución industrial, las llamadas garment workers (mujeres que trabajaban en la industria textil) organizaron una huelga en Nueva York, para exigir condiciones laborales dignas y humanas, así como el aumento del salario, que era menos de la mitad del que percibía un hombre por la misma jornada, desgraciadamente, la marcha fue frenada por agentes policiales, situación que no logró detenerlas por completo, pues solo dos años más tarde crearon el primer sindicato en favor de los derechos de las mujeres trabajadoras.

Posteriormente,15 mil mujeres vuelven a tomar las calles de la gran manzana un 8 de marzo, pero ahora de 1908, bajo el lema “Pan y Rosas”, en donde el pan simbolizaba la seguridad económica y, las rosas, una mejor calidad de vida, estaban decididas a cambiar un panorama que después de 51 años seguía siendo el mismo, salarios risorios y faenas laborales extensas y arduas, la diferencia en esta ocasión era que no estaban dispuestas a conformarse con lo mínimo, ahora exigían su derecho al voto y prohibir el trabajo infantil. 

En 1910, se celebró el segundo encuentro internacional socialista de mujeres en Copenhague, Dinamarca, en él se intentaba establecer un día simbólico que hiciera referencia a la marcha realizada en 1908, que buscaba reivindicar los derechos de las mujeres, especialmente el del voto. Fue el siguiente año cuando se llevó a cabo por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 19 de marzo en los países europeos: Dinamarca, Alemania, Austria y Suiza.

Conmemoración que Estados unidos realizó un año antes en todo el territorio el 28 de febrero, fecha que modificaron en 1911, para celebrarla el 19 de marzo junto a varios países de Europa y Estados Unidos. Tristemente, ese mismo año un siniestro se volvería clave para el movimiento.

“LA SANGRE REAL QUE CORRE POR LAS VENAS DE CADA LUCHADORA”
 

“El violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo”, Emmeline Pethick-Lawrence, activista británica por los derechos de las mujeres.

Oficialmente se utiliza el color violeta como referencia al feminismo, a este se le atribuyen varias teorías sobre su origen, una de ellas, si es que podemos llamarla así, sería que, al mezclar el color azul, color típico asociado a los varones, junto al rosa color asignado a las mujeres, forman un color violeta o morado.

Aunque otras teorías son más profundas e intentan darle un significado al nivel de los ideales que se persiguen, relacionando y mezclando hechos históricos fundamentales que cimientan el movimiento feminista. 

Siendo uno de estos, lo acontecido en la fábrica textil Triangle Waist Co. ubicada en Nueva York, Estados Unidos, que contaba con la colaboración de mujeres y niñas, trabajadoras que en su mayoría procedían de diversos países europeos, que habían emigrado en busca de mejores condiciones de vida, pero que, en su lugar se encontraron con jornadas laborales de 52 horas semanales.

Las instalaciones se encontraban en pésimas condiciones, sin ningún tipo de medida de seguridad, manteniendo todos los accesos cerrados para evitar los robos que eran comunes en la zona, ante tal disposición, era impensable tener salidas de emergencia por cualquier percance que se suscitara dentro de los talleres.

El 25 de marzo de 1911, el cielo neoyorkino se pintó de violeta, un incendio consumió casi en su totalidad la fábrica textil; el inmueble, la maquinaria y las trabajadoras. Lo denominaron como un accidente ya que nunca terminaron por definir su origen; una colilla mal apagada o la falla en alguno de los motores de las máquinas de coser.

Ese día 146 personas perdieron la vida, 123 mujeres y 23 hombres, sumando 70 heridos. La victima femenina más joven tenía 14 años, esto impulsó a continuar con la lucha, en nombre del humo violeta que esparcía la fábrica en llamas con las 123 trabajadoras encerradas en su interior.  

Después de la caída de la monarquía rusa, un gran número de mujeres convocaron a una huelga para exigir mejores condiciones de vida, a lo que, el entonces gobierno provisional se vio obligado a conceder el voto femenino el 23 de febrero de 1917.

LA ONU RECONOCE DE MANERA OFICIAL 

No fue hasta terminada la segunda guerra mundial que más países se unieron a la conmemoración de esta fecha en que hace referencia a la lucha por los derechos de la mujer, siendo en 1977, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció de manera oficial el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

ESTOS COLORES SE HAN SUMADO A LA OLA VIOLETA  

Aun cuando el color oficial es el violeta, a lo largo de los años se le han ido sumando algunos, sea porque alguno de estos define una nueva causa, como lo fue en su momento el derecho a elegir sobre nuestro cuerpo, al igual que la inclusión de aquellas que se sienten identificadas y, abrazan y apoyan al feminismo. 

Verde: Si bien, este tomó relevancia en 2003 en Argentina, durante la Campaña Nacional del Aborto, en donde 8 mil pañuelos verdes servían como estandarte para exigir el reconocimiento del derecho inalienable que las mujeres deben tener sobre su cuerpo, a principios del siglo XX se le atribuía un significado, el cual hacía referencia a la esperanza de un nuevo comienzo. 

Blanco: Honradez para la vida privada y política de las mujeres.

Rosa: es el color de la inclusión, por lo tanto, representa lo transincluyente, externando nuestro apoyo a las mujeres trans, que se unen y defienden la causa.  

Violeta: hace alusión a la lucha por la equidad y la justicia, este color nos ha acompañado desde 1908, cuando Emmeline Pethick-Lawrence política británica y una de las principales responsables del voto femenino, le atribuyó su significado.

PGC
 

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