Bitcoin, una nueva clase de activo
Por Moris Beracha
Debido a la crisis financiera mundial de 2008, la confianza en los gobiernos y las instituciones financieras ha disminuido de manera significativa. Desde entonces, eventos como la crisis de la deuda soberana europea, las letras del Tesoro de Estados Unidos, el colapso de los principales bancos regionales en ese país y la respuesta de la Reserva Federal al COVID19 han expuesto los problemas de depender de instituciones controladas centralizadamente.
Junto con el impacto acelerado de la innovación tecnológica, este deterioro de la confianza ha cuestionado la eficacia de los activos tradicionales de riesgo en la protección de los portafolios de inversión modernos. Ante la crisis de la deuda soberana surge entonces la primera interrogante: ¿son los bonos del gobierno menos arriesgados? La segunda interrogante está atada a la llamada economía digital: ¿es el oro físico menos efectivo como cobertura en el mundo de hoy?
Si bien es probable que los activos tradicionales de riesgo continuarán desempeñando un papel en la construcción de los portafolios de inversión, a los posibles inversionistas les preocupa conocer la respuesta a la pregunta sobre las políticas inconsistentes de la Reserva Federal y la posible amenaza al papel del dólar como moneda de reserva. De allí que sus limitaciones están dando a los inversionistas motivos para reevaluar a los llamados activos de riesgo.
Bitcoin ha introducido un cambio de paradigma que está desafiando esa distinción. Esto tiene que ver con lo que conocemos como activos de riesgo. Su tecnología revolucionaria, su nacimiento y su evolución son ciertamente de riesgo. Sin embargo, como activo monetario, su escasez absoluta y su papel como reserva de valor y medio de pago están fuera de riesgo, lo que cambia la distinción tradicional.
Creado en respuesta a la crisis financiera global en 2008, Bitcoin ha evolucionado de una tecnología marginal a una nueva clase de activos que ha conseguido atrapar a la atención institucional. A medida que la red madure, es probable que los gerentes de activos evalúen seriamente el mérito del Bitcoin como un activo fuera de riesgo.