Durante la tarde, Adri, acompañada por su pequeña, se convirtió en el foco de atención al contar un relato en náhuatl, un acto que, según ella, representa su forma de ganarse la vida. Sin embargo, la intervención policial no tardó en llegar.
El Sistema de Transporte Colectivo (STC) afirmó que la mujer estaba pidiendo dádivas y que agredió verbal y físicamente a los elementos de seguridad.
En un video que circula en redes sociales, Adri denunció la arbitrariedad de su desalojo. “Estaba contando un cuento náhuatl a manera de trabajo”, argumentó, subrayando las dificultades que enfrentan muchas madres trabajadoras para acceder a empleos dignos debido a sus responsabilidades familiares.
“Fui detenida anticonstitucionalmente. Los policías están generando un ambiente nocivo para mi hija”, añadió visiblemente afectada.
Mujeres hacen que liberen a Adri junto con su pequeña
A medida que la situación se intensificaba, los pasajeros comenzaron a expresar su apoyo a Adri, creando un ambiente de solidaridad que obligó a los policías a reconsiderar su enfoque. En un momento crítico, Adri fue reducida y esposada, pero ante la presión colectiva de los usuarios, los agentes decidieron liberar a madre e hija.
Cabe destacar que, este incidente ha reavivado el debate sobre el derecho al trabajo informal y las formas en que las autoridades responden a situaciones de necesidad. La historia de Adri Tlacuache resuena en muchas voces que buscan hacer escuchar su arte y, a la vez, ganarse el sustento en un entorno que a menudo parece desestimar sus luchas.
El Metro, un espacio de movilidad para millones, también es un reflejo de las tensiones sociales que enfrentan quienes buscan sobrevivir en la ciudad. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo se puede encontrar un equilibrio entre la seguridad y la dignidad de quienes, como Adri, buscan contar sus historias en medio del caos urbano?