"Ajuste de pérdidas": el arte, la corrupción y la paradoja de escapar de un sistema para caer en otro

En un mundo donde la corrupción no es una excepción sino parte del sistema, el documental "Ajuste de pérdidas" (Loss Adjustment) de Miguel Calderón se adentra en la compleja red de intereses que rige el mundo de los seguros en México. La película, que acaba de obtener la Biznaga de Plata al Mejor Documental en el 28º Festival de Málaga, retrata la vida de Pedro, un ajustador de siniestros que enfrenta diariamente la devastación de otros, lidiando con quienes buscan sacar provecho de la tragedia. Pero cuando intenta encontrar en el arte contemporáneo un refugio, se enfrenta a una nueva realidad: en un sistema y en el otro, los carroñeros están siempre presentes.
Con un guion de Guillermo Fadanelli y el propio Calderón, el documental que sigue la historia de Pedro, construye una reflexión más amplia sobre las estructuras que sostienen tanto el mundo financiero como el artístico. Con una cinematografía de Luis Montalvo, el filme juega con los contrastes entre el caos de la tragedia y la aparente calma de los museos y galerías.
"La historia de Pedro refleja las contradicciones a las que nos enfrentamos cuando buscamos escapar de un sistema, solo para darnos cuenta de que estamos atrapados en otro", afirma Calderón. En este sentido, "Ajuste de pérdidas" al documentar una vida, desentraña las dinámicas de poder que operan en todos los ámbitos.
El filme, producido por Andrea Paasch y Agustina Chiarino, ha sido aclamado en festivales internacionales como el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2024 y el International Documentary Festival Amsterdam (IDFA). Próximamente, formará parte de la selección de Zagrebdox 2025 y continuará con proyecciones en diversos festivales, lo que refuerza su impacto en la escena del documental contemporáneo.
"Ajuste de pérdidas" se suma a la trayectoria multidisciplinaria de Miguel Calderón, cuyo trabajo artístico siempre ha oscilado entre la ficción y la realidad, lo absurdo y lo profundamente humano. En esta ocasión, el cineasta no solo documenta la realidad, sino que la deconstruye, obligando al espectador a preguntarse quiénes son realmente los carroñeros en nuestra sociedad.

