El misterio de las Momias de Vallejo: un crimen sin resolver
Debajo del concreto de la Ciudad de México, yacen misterios que quizás nunca podrá ser resueltos, como el de las Momias de Vallejo, cadáveres momificados que fueron encontrados en la zona industrial de la capital y cuyo origen, identidad o causa de muerte nunca fue esclarecido.
La historia
El 3 de marzo de 1964, una noticia apareció en los titulares del Diario de México: un grupo de trabajadores del Departamento del Distrito Federal encontró ocho cadáveres momificados mientras realizaban obras de ampliación en la Calzada de Vallejo y Poniente 146, en el sitio conocido como “El Atorón”. Los cuerpos, cuidadosamente dispuestos en cajas de madera, correspondían a tres fetos y cinco niños de entre uno y dos años de edad.
Los cuerpos, pese a haber permanecido enterrados probablemente por más de medio siglo, se encontraban en un estado de conservación sorprendente. El reportero que cubrió la historia, escribió que estos pudieron haber estado allí desde antes de la Revolución Mexicana. Aunque se especuló que podría tratarse de crímenes cometidos en la antigua Hacienda de La Patera, las autoridades nunca esclarecieron el origen ni las circunstancias de estas muertes.
Una ciudad en plena expansión
El descubrimiento ocurrió durante el gobierno de Ernesto P. Uruchurtu, conocido como el “regente de hierro”, una figura que marcó la transformación urbana de la capital entre 1952 y 1966. La zona donde se encontraron los cuerpos formaba parte de la histórica Hacienda de La Patera, una propiedad que atestiguó eventos fundamentales de la historia de México.
En 1821, por ejemplo, esta hacienda fue el escenario donde Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú, último virrey de la Nueva España, ratificaron los Tratados de Córdoba, que consumaron la independencia de México. Después de ser propiedad de la célebre Güera Rodríguez, pasó a manos de Mariano Gálvez, expresidente de Guatemala. Sin embargo, para principios del siglo XX, la mayor parte de sus tierras habían sido fraccionadas, quedando apenas algunos vestigios de la construcción original.
A mediados del siglo XX, el área se integró de lleno a la zona industrial de Vallejo, pero su pasado lleno de secretos siguió allí.
El destino de La Patera
A lo largo de las décadas, parte del casco de la hacienda fue utilizado como sede de la Cámara Nacional de Comercio y todavía se puede admirar. Otra parte de La Patera quedó en manos de un particular y terminó como un salón de fiestas, sin embargo, durante la pandemia de COVID-19, el lugar cerró sus puertas de manera definitiva y en 2024 se demolió gran parte del antiguo edificio para construir departamentos. Con esto último, todo parece indicar que el misterio de las momias de Vallejo quedó enterrado para siempre.