La estrategia indispensable
Por David Somoza Mosquera
Los constantes cambios de un mercado cada vez más dinámico, cambiante y con mayor número de competidores y la necesidad de las empresas de dar respuestas oportunas —y esto incluye a los consumidores— hace indispensable contar con herramientas internas para que el negocio sea eficiente y exitoso.
Aquí entra en juego el desarrollo organizacional, que es una de las estrategias imprescindible para que las compañías alcancen un buen funcionamiento mediante la incorporación de técnicas que incidan positivamente sobre el recurso humano, uno de los pilares del negocio.
Apostar por a ese talento dentro de una empresa es la forma más inteligente de mejorar la productividad y el desempeño, especialmente porque toda organización está formada por personas y sus relaciones. En ese contexto, el desarrollo organizacional permite adaptar la estructura para conducir equipos de trabajo de manera eficiente.
Además, las compañías saben que para mantener su competitividad necesitan contar con estructuras flexibles que se ajusten con la velocidad de los procesos de transformación. Este reto requiere una estrategia integradora que alinee todos los recursos de la empresa hacia el logro de las metas trazadas.
Así que la estrategia del desarrollo organizacional se centra en la gestión del cambio, fomento de la creatividad, en la innovación, en la creación de una cultura organizacional fuerte y sostenida y reivindica el talento humano como centro del proceso productivo por tener la capacidad de generar conocimiento, aprendizaje y toma de decisiones.
Para lograr su propósito, entre las técnicas utilizadas en el desarrollo organizacional están:
-La lluvia de ideas, que es una de las más populares porque propicia el pensamiento creativo y la interacción de los equipos de trabajo. Esto se traduce en mejoras de los productos y servicios.
-El trabajo en equipo mediante el cual los empleados optimizan su capacidad de trabajar juntos para alcanzar las metas de la compañía.
-La retroalimentación, lo que permite hacer un diagnóstico en función de la percepción de los empleados con respecto a temas de interés organizacional y aplicar los correctivos y mejoras que sean necesarios.
Pero más allá de todo esto, la estrategia de desarrollo organizacional requiere bases sólidas y bien definidas, pues de lo contrario la empresa correría el riesgo de quedar imbuida dentro del día a día.
Así que el propósito del desarrollo organizacional es gestionar cambios que permitan alcanzar objetivos en tiempos establecidos para, de esta forma, hacer crecer a las empresas y permitir que exista una cultura de mejora.