Delegar para ser esencial

delegar esencial David Somoza

Por David Somoza Mosquera

Delegar es todo un desafío y delegar eficazmente todavía más. Incluso, para algunas personas podría considerarse una tarea titánica. La razón básica es que, en líneas generales, a los líderes, jefes o gerentes les cuesta demasiado delegar. 

Si bien están conscientes que haciéndolo pueden liberar tiempo y energía para centrarse en aspectos más estratégicos que beneficien a la empresa y promuevan el crecimiento del equipo, hay resistencia de confiar responsabilidades a otros. 

Esto podría, eventualmente, generar inconvenientes dentro de la empresa, ya que delegar trabajo es importante por dos razones fundamentales: maximiza la productividad del personal y el líder le demuestra al equipo que confía en él para las tareas importantes.

De modo que delegar es una habilidad esencial para los líderes, directivos y cuadros medios, pues hacerlo de manera eficaz empodera al equipo, genera confianza y ayuda al desarrollo profesional. Y, en el caso de los líderes, les ayuda a aprender a identificar quién es el más adecuado para abordar tareas o proyectos.

Para vencer la resistencia a delegar, lo primero que habría que precisar son las razones detrás de ello y luego buscar los mecanismos para superar esos obstáculos. El miedo a perder el control sobre el trabajo y los resultados, el perfeccionismo, la falta de tiempo para capacitar y la falta de confianza en el equipo son los motivos más comunes.

Esto se debe en gran medida, como bien señala Jesse Sostrin en su análisis To Be a Great Leader, You Have to Learn How to Delegate Well, a que una de las transiciones más difíciles para los líderes es pasar de hacer a liderar y lanza una alerta: 

“Como nuevo gerente, puedes salirse con la tuya y seguir trabajando. Sus compañeros y jefes pueden incluso admirar su disposición a seguir ‘arremangándose’ para ejecutar tareas tácticas. Pero a medida que sus responsabilidades se vuelven más complejas, la diferencia entre un líder eficaz y un colaborador individual de gran tamaño con título de líder se vuelve dolorosamente evidente”.

A corto plazo, es posible que pueda superar las exigencias que enfrenta, pero las demandas cada vez más exigentes por cargarse con más y más responsabilidades terminarán pasándole factura impactando, por su puesto, su liderazgo. Es, entonces, el momento de establecer prioridades, fijar límites y apoyarse en el equipo.

La verdadera manera para que un líder recupere el control es dejar de aferrarse a tareas innecesarias. Y si bien puede parecer difícil, Sostrin ofrece un consejo muy valioso: 

“Aumentar su impacto requiere que acepte una paradoja de liderazgo inevitable: debe ser más esencial y menos involucrado… Qué tan auxiliar o esencial sea usted para el éxito de esa cartera depende de qué tan decisiva y sabiamente active a quienes lo rodean”. 

Así que a delegar para ser esencial…