El hijo desobediente
Por Gerson Gómez
Su realidad no es la nuestra. Viaje en vehículo de presente incierto. Un día se lo prestó el vecino de San Pedro. Al siguiente corre el rumor de facilitado por la armadora internacional.
Los pleitos por la gobernanza azotan todos los órdenes. Ninguna victoria es suficiente. La palabra derrota, la combate con impugnación. Samuel García ha escrito sus propios diez mandamientos.
En la inspiración divina le fueron dictadas desde la zona de Olinalá. Frente a frente sus mentores expusieron el decálogo. Incluye no robarás, no te enriquecerás de manera inexplicable, no usarás la información privilegiada para beneficiar a familiares, prestanombres o conocidos.
Honrarás la memoria de los padres fundadores. Harás el 200 aniversario de la fundación del estado separatista. Pagarás el diezmo a la arquidiócesis. No tendrás dioses ajenos a nuestras casas de bolsa e inversiones.
Dobló la cabeza. Al salir acompañado de su padre y de su medio hermano, del mismo nombre más no del segundo apellido, les dijo, por mi esa sarta de viejos se pueden ir al carajo.
Encerrado en el Palacio de Gobierno citó al gabinete ampliado. Vamos a hacer política de verdad. Si no están de acuerdo, ahora mismo pueden firmar sus renuncias.
Le prepararon en tropel toda clase de amparos. Incluso contra la alta concentración de sol los días de canícula. Échale compadre a grabar propaganda del nuevo nuevo.
Se reportan con papá. Les dará todos los datos de emisión de costos, de cómo manejar indicadores.
De este grupo saldrán los siguientes 20 años de buen gobierno. Brindó con cerveza. Ahora si pónganse las pilas. A darle con todo.
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