Los Warren: ¿Héroes del terror o simplemente estafadores?
El universo cinematográfico de Expediente Warren ha conquistado las salas de cine, llevando las historias de Ed y Lorraine Warren, interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga, a nuevas generaciones. Sin embargo, mientras sus aventuras paranormales capturan la imaginación del público, surgen cada vez más voces cuestionando la veracidad de los casos en los que se basan estas películas.
El escritor Ray Garton, quien colaboró con los Warren en el libro In a Dark Place: The Story of a True Haunting (1992), describió su experiencia como uno de los puntos más bajos de su carrera. Garton reveló que los miembros de la familia involucrada en el caso atravesaban problemas de adicción, lo que generaba versiones inconsistentes de los hechos. Sin embargo, según Garton, los Warren estaban dispuestos a creer cualquier cosa que apoyara la narrativa de posesiones demoníacas que formaba parte de su extenso archivo de casos de la New England Society for Psychic Research (NESPR).
Estas acusaciones no son únicas. A lo largo de los años, investigadores, periodistas y testigos han expuesto diversas incongruencias en los casos que hicieron famosos a los Warren, especialmente aquellos tratados en las películas Expediente Warren (2013) y Expediente Warren: El caso Enfield (2016). Según testimonios, en el famoso caso de Enfield, los Warren llegaron a Inglaterra sin ser invitados, y su participación real fue mínima, algo que contrasta radicalmente con la dramatización de los hechos en la película.
El último film de la saga, Expediente Warren: Obligado por el Demonio, se adentra en el controvertido caso de Arne Cheyenne Johnson, el primer juicio en Estados Unidos donde la defensa alegó posesión demoníaca como excusa para un homicidio. Wilson, en una entrevista reciente, destacó lo interesante que es explorar no solo quién cometió el crimen, sino por qué lo hizo, aumentando la apuesta al poner en juego la vida de un joven en el corredor de la muerte.
A pesar de las críticas y las dudas sobre la autenticidad de los casos de los Warren, tanto Wilson como Farmiga han destacado el enfoque único de las películas. Según ellos, el verdadero centro de la historia es el amor y la devoción que Lorraine y Ed se profesaban, algo que los convierte en un dúo diferente al de otras franquicias de terror que suelen seguir al villano. Farmiga recordó con cariño a Lorraine Warren, describiéndola como una mujer que proyectaba luz y amor, más allá de las acusaciones de fraude que pesaban sobre ella y su esposo.
A pesar de los nubarrones de sospecha que rodean sus expedientes, los Warren se han transformado en algo más en la pantalla grande: personajes icónicos que, al menos en la ficción, continúan desafiando las fuerzas del mal y capturando la imaginación del público global.